Señores ya estoy en Ibiza, pero casi no llego. Cuando a las 22h aparecí corriendo por la T4 no imaginaba el fantástico viaje que me esperaba. No fue buen augurio que al llegar hubiera mogollon de gente delante de los mostradores de Iberia dando voces mientras por megafonía no paraban de escupir que por conflictos laborales de los controladores aereos franceses los vuelos europeos podían retrasarse o cancelarse. Conseguí pasar el control de seguridad bastante rapido, pero mi carrera a la puerta H16 se corto en seco al ver en una pantalla que mi vuelo retrasaba su salida de las 22:40 a las 0:30. Me hice hueco en unos asientos y saque el ordenador. 

Tachan! Mientras se armaba el tormenton afuera añadían otra media hora al retraso y cambiaron la puerta de embarque a la J40. No era ni medianoche y la gente estaba haciendo cola frente al mostrador de embarque desde el momento que anunciaron por megafonía que el embarque empezaría sobre 0:30. Me reubique sentado en el suelo delante de una tienda cerrada con el ordenador sobre la maleta, igual que otros que tenía al lado. La cosa empezo a calentarse porque la gente se impacientaba, además aliñado porque los de Vueling no se les ocurrio otra cosa que ponerse a comprobar los billetes a la gente que estaba en la fila. Lo más calentitos eran unos heteros de msierda mamados que habían arrasado con los barriles de cerveza de la T4 y atentos porque aparecerán más veces.

Al filo de la una, empezamos el abordaje el embarque y para mi gran suerte los heteros de mierda estaban sentados detrás de mi en un avión decorado por MTV con asientos color oro, iluminación morada y Hotel Costes como hilo músical. El comandante piloto nos pidió disculpas y nos explico que mientras hay una tormenta eléctrica no se puede repostar el avión. Arman rampas, empiezan a explicarnos las normas de seguridad, los heteros dicen que tienen una bomba y desarman rampas mientras empiezan a llegar coches a un lado del avión. El comandante se vuelve a dirigir a todos y nos dice que por fallo técnico (El avión se bamboleaba levemente estando en tierra) el vuelo se cancela. Los heteros de mierda empezarón a dar voces y a exigir favores sexuales a las azafatas.

Tachan! Estamos de nuevo en la T4 y la gente estaba que trinaba y a punto de dar de hostias a las dos pobres chicas de Vueling mientras ellas esperaban a que les dijeran que hacer con nosotros.  Tras un rato de incertidumbre las pobres chicas nos anunciaron que había un avión disponible y que iba a ser preparado para intentar salir a la menor brevedad. A la gente se le llenaba la boca con sus derechos y sobre lo mucho que conocen la legislación europea sobre retrasos aereos.

Tachan! Al filo de las 3 embarcamos en unos autobuses camino de un avión que estaba en el quinto pimiento de Barajas. En menos de 20 minutos estabamos arrancando. Unos cabezazos, muchas turbulencias y bastante silencio nos dejaron en Ibiza a las 4:15.