Me siento como Samantha, muerto de calor, además de haciendo que estudio, pensando que debería cortarme el pelo al uno y acordandome de los días que hemos ido la Profe y yo a la piscina a nadar, además de a babosear con algunos.

El tema es que llevaba queriendo ir a la piscina desde ni se sabe, pero me daba una pereza enorme irme solo, así que la Profe me dijo de ir y allí fuimos. El primer día en el territorio inexplorado de la piscina cubierta del barrio fue para morir y ya el resto han sido mucho más llevaderos, aunque ya no se si por la alegría de ver a algunos nadando junto a ti o en el vestuario tirandote una miradita o si era porque de los nueve carriles que tiene la piscina solo nos dejan dos carriles libres para los que no vamos a las clases, así que nos toca nadar junto a especímenes de toda edad, sexo y velocidad. Por mi que no toquen las pensiones de los jubilados, es más, que las suban, pero por favor que eliminen los descuentos a la tercera edad en la piscina municipal porque como vuelva a ver a la maldita jubileta del gorro lila mirando con cara indignada porque la hemos salpicado con nuestra brazada o toda estirada como si estuviera sola een el jacuzzi imaginario que se ha montado en el extremo del carril.

Y lo de las miraditas del vestuario es muy relativo, diria que puedo contar con los dedos de una sola mano con cuantos pasaría algo porque el resto me obligan a mirar el excelente suelo antiresbaladizo que han colocado en todo el vestuario, especialmente en las duchas, para evitar que los ojos me sangren.

Scissor sisters - Fire with fire