9/1/11
Comienzo distinto o Don't stop the music
Un año más un día como el de ayer cumplí años y cada vez tengo más sensación de que las cosas encajan porque empiezo a entender de donde vengo y vislumbro hacía donde voy. Y un año más por fin se terminó la navidad con esa saturación de comidas familiares aliñado con el momento crítico de los regalos de reyes que tanta tristeza, rabia y enfado me proporciona gracias a la no-reciprocidad en la dedicación a buscar regalos que gusten y sorprendan. Pero la gran diferencia es que ayer tuve el valor de estrenar mi posibilidad de conducir y sentir la libertad de usar mi coche (digamos que de Sra. Madre) mientras Bala Perdía era mi copiloto y Sheldon me daba ánimos desde el asiento de atrás de mi coche. Aunque lloviera a mares, aunque no redujera de marcha cuando reducí de velocidad y me costase recuperar la velocidad al incorporarme a otra autovía, aunque no arranco el coche hasta el octavo intento tras calarse en la entrada de Moncloa, aunque me de una pereza horrorosa aparcar, aunque mi coche tenga radiocasette... tengo ganas de conducir. 

Etiquetas: